jueves, 31 de enero de 2008
Somer Swiderski Szynkelewski
Marido de Agusta Cohl Nadel y padre de los 7 hermanos Swiderski Cohl. Llegaron a Chile en 1891, procedentes de Polonia, en ese tiempo bajo el Imperio Ruso.
CERTIFICADO NACIMIENTO SOMER
CERTIFICADO
Este documento ha sido entregado por de la Municipalidad de la ciudad de Sieradz, donde el ciudadano de esta ciudad SOMER SWIDERSKI, hijo de Jose(f) y Malka, nacida Shinkelewski, de apellido matrimonial Swiderski, como está confirmado por los libros de la ciudad, nació en la ciudad de Sieradz en el año 1854, y se inscribe en estos libros, los que bajo la firma así como del sello de la ciudad está atestiguado.
Este certificado se otorga por petición presencial de la madre de Swiderski.
Alcalde y Secretario
Sieradz, 15 de junio 1911.Gobernación de Kalish
Este documento ha sido entregado por de la Municipalidad de la ciudad de Sieradz, donde el ciudadano de esta ciudad SOMER SWIDERSKI, hijo de Jose(f) y Malka, nacida Shinkelewski, de apellido matrimonial Swiderski, como está confirmado por los libros de la ciudad, nació en la ciudad de Sieradz en el año 1854, y se inscribe en estos libros, los que bajo la firma así como del sello de la ciudad está atestiguado.
Este certificado se otorga por petición presencial de la madre de Swiderski.
Alcalde y Secretario
Sieradz, 15 de junio 1911.Gobernación de Kalish
N. de T.: Como el certificado está expedido en alemán, el segundo apellido aparece como Shinkelewski. En otros certificados en polaco aparece como Szynkelewski.
Certificado Nacimiento Gitel Gusta Kohl
Acta de nacimiento Nº 159 de 1860.
Sucede en la ciudad de Kalish el 16 de agosto del año mil ochocientos sesenta, a las cinco y media de la tarde. Comparece el israelita Nachman Kohl, sastre, 30 años, residente en Kalish, en presencia del testigo Lejzen Weiss, profesor y Fabian Katowski, asesor jurídico, cada uno de 64 años de edad, residentes en Kalish, y nos señala el nacimiento de una niña, nacida en Kalish, el 20 de octubre del año 1859, a las 3 de la madrugada, de su mujer Malka Fogel nacida Nadel, de 22 años, y quisiera darle a la niña el nombre GITEL KOHL. Esta acta fue leída por los implicados y por ellos mismos firmada.
El atraso del acto fue debido a una indisposición del padre.
Siguen las firmasdespués de la firmas está la ratificación del sello de la ciudad de Kalish.
Sucede en la ciudad de Kalish el 16 de agosto del año mil ochocientos sesenta, a las cinco y media de la tarde. Comparece el israelita Nachman Kohl, sastre, 30 años, residente en Kalish, en presencia del testigo Lejzen Weiss, profesor y Fabian Katowski, asesor jurídico, cada uno de 64 años de edad, residentes en Kalish, y nos señala el nacimiento de una niña, nacida en Kalish, el 20 de octubre del año 1859, a las 3 de la madrugada, de su mujer Malka Fogel nacida Nadel, de 22 años, y quisiera darle a la niña el nombre GITEL KOHL. Esta acta fue leída por los implicados y por ellos mismos firmada.
El atraso del acto fue debido a una indisposición del padre.
Siguen las firmasdespués de la firmas está la ratificación del sello de la ciudad de Kalish.
miércoles, 30 de enero de 2008
martes, 29 de enero de 2008
Un gran amor
A los 16 años, la Mamina vivió una experiencia que la marcaría para siempre. Se enamoró de su profesor de literatura, Isaías Gamboa, poeta colombiano exiliado en Chile, que moriría a los 32 años, un año después que se conocieron. Ella nunca lo olvidó.
En ese tiempo la Mamina tenía un libro en el que le escribían dedicatorias sus amigos. Se lo regaló después a la tía Pepa, con esta dedicatoria: "Este libro que encierra la huella más amable de mi paso por la vida, la dedico a mi querida Pepita, segura de que su alma sensible y cariñosa sabrá apreciarlo y cuidarlo con devoción, en recuerdo de su Madre. Santiago, Nov. 6/953."
Transcribo una de sus páginas, donde interroga al poeta. El dedica sus respuestas: "A una princesa inteligente y curiosa."
-¿Qué virtudes admira Ud. más?
- Lealtad, gratitud y perdón.
- ¿Qué cualidades prefiere Ud. en la mujer?
- La belleza y aquella inteligencia del corazón que sabe mantener vivo el cariño.
- ¿Qué temperamento cree Ud. tener?
- Afectivo-mental
- ¿Qué piensa Ud. de la vida?
- En la vida todo es amor y dolor.
- ¿Cuál es su flor favorita?
- La boca, flor del mal, que al mal provoca.
- ¿Cuál es su más vivo deseo?
- Uno solo de mis deseos vehementes? Que sea usted dichosa.
- ¿En qué país quisiera usted vivir?
- Donde un grande amor me hiciera olvidar el resto del mundo.
- ¿Cuáles son sus ocupaciones favoritas?
- Estudiar en los libros y en el corazón humano; con lo cual cada día sólo consigo saber que sé menos.
- ¿Ama Ud. la poesía?
- Sí, mucho!... "Poesía eres tú."
- ¿Cuál ha sido el día más dichoso de su vida?
- Si hay un gran día en mi vida, no quiero buscarlo en el recuerdo sino en la espera...
- ¿Cuál es según Ud., su principal defecto?
- La duda, que todo lo amarga y ensombrece.
- ¿Qué debe dominar, corazón o cabeza?
- El corazón hay que ponerlo en todo; y en algunas cosas la cabeza juntamente con el corazón.
- ¿Tiene Ud. una divisa? ¿Cuál?
- Formarse un Ideal e ir a él.
-¿Quiere Ud. escribir su nombre, el lugar donde ha nacido i si a Ud. le parece, la fecha de su nacimiento?
- Mi edad?... El poeta colombiano Rafel Pombo cuando me conoció, me dijo: -"Conque es Ud. No es, pues, usted un viejo?" Y usted, princesa, muchas veces habrá pensado de mí -"Es un niño?" La edad no está en los años. ISAIAS GAMBOA, SANTIAGO, 903
En ese tiempo la Mamina tenía un libro en el que le escribían dedicatorias sus amigos. Se lo regaló después a la tía Pepa, con esta dedicatoria: "Este libro que encierra la huella más amable de mi paso por la vida, la dedico a mi querida Pepita, segura de que su alma sensible y cariñosa sabrá apreciarlo y cuidarlo con devoción, en recuerdo de su Madre. Santiago, Nov. 6/953."
Transcribo una de sus páginas, donde interroga al poeta. El dedica sus respuestas: "A una princesa inteligente y curiosa."
-¿Qué virtudes admira Ud. más?
- Lealtad, gratitud y perdón.
- ¿Qué cualidades prefiere Ud. en la mujer?
- La belleza y aquella inteligencia del corazón que sabe mantener vivo el cariño.
- ¿Qué temperamento cree Ud. tener?
- Afectivo-mental
- ¿Qué piensa Ud. de la vida?
- En la vida todo es amor y dolor.
- ¿Cuál es su flor favorita?
- La boca, flor del mal, que al mal provoca.
- ¿Cuál es su más vivo deseo?
- Uno solo de mis deseos vehementes? Que sea usted dichosa.
- ¿En qué país quisiera usted vivir?
- Donde un grande amor me hiciera olvidar el resto del mundo.
- ¿Cuáles son sus ocupaciones favoritas?
- Estudiar en los libros y en el corazón humano; con lo cual cada día sólo consigo saber que sé menos.
- ¿Ama Ud. la poesía?
- Sí, mucho!... "Poesía eres tú."
- ¿Cuál ha sido el día más dichoso de su vida?
- Si hay un gran día en mi vida, no quiero buscarlo en el recuerdo sino en la espera...
- ¿Cuál es según Ud., su principal defecto?
- La duda, que todo lo amarga y ensombrece.
- ¿Qué debe dominar, corazón o cabeza?
- El corazón hay que ponerlo en todo; y en algunas cosas la cabeza juntamente con el corazón.
- ¿Tiene Ud. una divisa? ¿Cuál?
- Formarse un Ideal e ir a él.
-¿Quiere Ud. escribir su nombre, el lugar donde ha nacido i si a Ud. le parece, la fecha de su nacimiento?
- Mi edad?... El poeta colombiano Rafel Pombo cuando me conoció, me dijo: -"Conque es Ud. No es, pues, usted un viejo?" Y usted, princesa, muchas veces habrá pensado de mí -"Es un niño?" La edad no está en los años. ISAIAS GAMBOA, SANTIAGO, 903
Carta de ISAÍAS GAMBOA
“Noviembre 2, 1903.
Mi princesa:
Ya que apenas nos vemos, un consuelo siquiera es que me escribas. No te puedes figurar el contento que me trae cada carta tuya. Tú me has transformado. Princesa: eres una maga encantadora que ha vertido en mi ser el dulce veneno que trastorna y enloquece y hace feliz, cuando no mata. Dime ¿padeces tú la misma deliciosa enfermedad? No sientes tú que amas la vida y a veces tienes desfallecimientos de muerte? Esto es amor ¡oh amada! Geniecillo invencible, con el cual quise luchar inútilmente, no sé por qué. Pero él desde tus ojos me disparaba sus flechas sutiles que venían a clavarse en mi pecho: él era tentación en tus labios; poesía en tus palabras y en tu espíritu; gracia en todo tu ser. Yo te buscaba y te evitaba: recuerdas? Pero mi alma se iba en pos de ti. Esto era lo que tú sabías hace tiempo. Después, una mañana, al pasar por tu balcón, el verte tan linda como esa misma mañana primaveral, el recibir de ti una flor, roja como tus labios – todo eso rompió la nieve e hizo brotar el fuego que ardía adentro. Hace pocos días ¿no es cierto? Y sin embargo, estos pocos días tienen mayor significación que los dos años que he vivido en Chile, nostálgico, solo, aislado en mi melancolía, como un ave adusta que se refugia en un peñasco. Tú has producido un sacudimiento en mi existencia; te entraste en ella como un rayo de sol en una cárcel; has pronunciado las palabras de la felicidad, y la luz interior se ha hecho en mí. ¡Triunfadora del dolor y del destino, cuánto te amo! Te amo! Es para ti este poema de dos palabras; poema que es música, luz, armonía; es un perfume, un anhelo, una emoción sin nombre; es a la vez dominio y esclavitud; caricia que se da y se recibe; una promesa y una confirmación; canto del que espera; plegaria del que adora… es todo el corazón, toda la vida! Si pudiera decirte este poema a ti directamente en secreto, y oírlo de tus labios! ¿Cuándo será? En que jardín lleno de perfumes y rumores? ¿En qué hora crepuscular, o en qué noche de luna? Ah! ¿qué es lo que se opone a nuestra dicha? ¿Por qué no te veo? ¿Por qué nos hacen sufrir?
Escríbeme, ¿Sabes? – escribe tus impresiones diariamente, en un pequeño libro que algún día yo lea, como tú leerás el mío. Y en tus cartas copia fragmentos de ese diario, y yo te mandaré versos para ti solita, para nadie más.
Deseas un libro: he de enviarte varios, y sobre esto te escribiré otra carta.
Adiós, princesa mía."
Mi princesa:
Ya que apenas nos vemos, un consuelo siquiera es que me escribas. No te puedes figurar el contento que me trae cada carta tuya. Tú me has transformado. Princesa: eres una maga encantadora que ha vertido en mi ser el dulce veneno que trastorna y enloquece y hace feliz, cuando no mata. Dime ¿padeces tú la misma deliciosa enfermedad? No sientes tú que amas la vida y a veces tienes desfallecimientos de muerte? Esto es amor ¡oh amada! Geniecillo invencible, con el cual quise luchar inútilmente, no sé por qué. Pero él desde tus ojos me disparaba sus flechas sutiles que venían a clavarse en mi pecho: él era tentación en tus labios; poesía en tus palabras y en tu espíritu; gracia en todo tu ser. Yo te buscaba y te evitaba: recuerdas? Pero mi alma se iba en pos de ti. Esto era lo que tú sabías hace tiempo. Después, una mañana, al pasar por tu balcón, el verte tan linda como esa misma mañana primaveral, el recibir de ti una flor, roja como tus labios – todo eso rompió la nieve e hizo brotar el fuego que ardía adentro. Hace pocos días ¿no es cierto? Y sin embargo, estos pocos días tienen mayor significación que los dos años que he vivido en Chile, nostálgico, solo, aislado en mi melancolía, como un ave adusta que se refugia en un peñasco. Tú has producido un sacudimiento en mi existencia; te entraste en ella como un rayo de sol en una cárcel; has pronunciado las palabras de la felicidad, y la luz interior se ha hecho en mí. ¡Triunfadora del dolor y del destino, cuánto te amo! Te amo! Es para ti este poema de dos palabras; poema que es música, luz, armonía; es un perfume, un anhelo, una emoción sin nombre; es a la vez dominio y esclavitud; caricia que se da y se recibe; una promesa y una confirmación; canto del que espera; plegaria del que adora… es todo el corazón, toda la vida! Si pudiera decirte este poema a ti directamente en secreto, y oírlo de tus labios! ¿Cuándo será? En que jardín lleno de perfumes y rumores? ¿En qué hora crepuscular, o en qué noche de luna? Ah! ¿qué es lo que se opone a nuestra dicha? ¿Por qué no te veo? ¿Por qué nos hacen sufrir?
Escríbeme, ¿Sabes? – escribe tus impresiones diariamente, en un pequeño libro que algún día yo lea, como tú leerás el mío. Y en tus cartas copia fragmentos de ese diario, y yo te mandaré versos para ti solita, para nadie más.
Deseas un libro: he de enviarte varios, y sobre esto te escribiré otra carta.
Adiós, princesa mía."
lunes, 28 de enero de 2008
domingo, 27 de enero de 2008
En Rosario, a 6 de Noviembre de 1909.
- Para Adriana –
Hubiera querido escribir día a día la existencia de mi hijita, pero ella misma me lo ha impedido; todos mis instantes son de ella, no hai un minuto del día que no esté consagrado a su cuidado. Y así ha ido transcurriendo el tiempo, i cuando me parece que sólo ayer vino al mundo, ya tiene más de cuatro meses. Es una preciosa criaturita que ya parece una persona en miniatura, más bien una muñeca; cuando mueve las manitos, los bracitos, cuando sonríe, se me figura imposible que sea la misma criatura que el primero de julio vio la luz. ¡Era tan chiquita, tan delgadita! Yo apenas me atrevía a tomarla i el primer baño que le di me costó lágrimas de ansiedad e inquietud; me parecía que a cada rato se me quebraba, se me desharía i en las noches seguía anhelante su sueño, pensando con horror que podía morirse. ¡Qué noches las primeras! Imaginando que en la cuna tendría frío, la llevaba a mi cama, la abrigaba con mil cosas, i así medio recostada espiaba sus menores jestos; impaciente esperaba la luz de la mañana para que llegara mi mamá i todos los de casa; entonces respiraba tranquila: bañaban a la guagua, la vestían, ella lloraba i yo veía que estaba viva! ¡Quién no conoce las emociones de una madre ante su primer niño no sabe de ternuras, de cariños, ni de inquietudes! Y así han pasado estos cuatro meses…
Al principio criaba yo misma a mi hijita; era mi mayor placer, pero mi leche no le era suficiente i a pesar de los esfuerzos que hice para que me aumentara, me fue imposible; por último una fiebre intempestiva me llevó la alegría de seguirla criando; i con dolor de mi alma tuve que resignarme a buscarle ama, es decir, una madre que me quitaría los más preciosos momentos de mi hijita; una extraña que le daría la vida… Sufrí mucho ante esta idea i aún ahora que ya va a hacer un mes que ella la cría no puedo conformarme. Cada vez que la niña come, me pongo a su lado; cada vez que van a mudarle los pañales estoi con ella, quiero compartir siquiera esos momentos que me roban de ella.
Pero mi tormento mayor es la noche; deliro, me afiebro pensando que está lejos de mí, que no la tengo a mi lado como cuando estaba pequeñita, que no soi yo quien la arrulla; i que otros brazos i otros labios la consuelan i la duermen.
A lo que no he podido renunciar es a bañarla; en la noche, después de comida es la hora más feliz; tomo a mi hijita i a cariños i besos espero la hora en que se baña; entonces son para mí todas sus risas i sus gorjeos de felicidad, al verse libre de amarras i pañales i sentirse en el agua. ¡Cómo goza! ¡Cómo patalea i salpica el agua a todas partes! ¡Qué dicha la mía! Después la visto, la arreglo i se la paso a la ama para que le dé de mamar; enseguida la busco de nuevo i la hago dormir en mis brazos; le doi un beso, la pongo en su camita i salgo con el alma llena de la más pura i excelsa dicha.”
Anoche me levanté varias veces, como casi todas las noches, i al ver lo mucho que lloraba me la traje a mi pieza; la acallé, la acaricié i la puse en mi cama, i así abrazada a ella durmió dos horas. ¡Cómo suspiraba la pobrecita! Parecían desahogos, alivios de su corazoncito que latía a impulsos de su respiración! Yo la sentía cerca de mí, la miraba a mi antojo, le tomaba las manitos tan lindas i suaves como pétalos de rosa i me sentía tan feliz i tan contenta que no hubiera cambiado mi dicha por nada.
Ya ella tiene 4 meses; día a día su inteligencia se va haciendo más clara, su mirada más entendida. Miro sus ojos tan risueños i angelicales i pido a Dios con toda mi alma que no les reserve muchas lágrimas.
Cierro esta pájina para escribir después en este libro otras i otras.
Mi hija duerme, con el sueño tranquilo i venturoso de los ángeles!
a las 9.22 de la mañana
- Para Adriana –
Hubiera querido escribir día a día la existencia de mi hijita, pero ella misma me lo ha impedido; todos mis instantes son de ella, no hai un minuto del día que no esté consagrado a su cuidado. Y así ha ido transcurriendo el tiempo, i cuando me parece que sólo ayer vino al mundo, ya tiene más de cuatro meses. Es una preciosa criaturita que ya parece una persona en miniatura, más bien una muñeca; cuando mueve las manitos, los bracitos, cuando sonríe, se me figura imposible que sea la misma criatura que el primero de julio vio la luz. ¡Era tan chiquita, tan delgadita! Yo apenas me atrevía a tomarla i el primer baño que le di me costó lágrimas de ansiedad e inquietud; me parecía que a cada rato se me quebraba, se me desharía i en las noches seguía anhelante su sueño, pensando con horror que podía morirse. ¡Qué noches las primeras! Imaginando que en la cuna tendría frío, la llevaba a mi cama, la abrigaba con mil cosas, i así medio recostada espiaba sus menores jestos; impaciente esperaba la luz de la mañana para que llegara mi mamá i todos los de casa; entonces respiraba tranquila: bañaban a la guagua, la vestían, ella lloraba i yo veía que estaba viva! ¡Quién no conoce las emociones de una madre ante su primer niño no sabe de ternuras, de cariños, ni de inquietudes! Y así han pasado estos cuatro meses…
Al principio criaba yo misma a mi hijita; era mi mayor placer, pero mi leche no le era suficiente i a pesar de los esfuerzos que hice para que me aumentara, me fue imposible; por último una fiebre intempestiva me llevó la alegría de seguirla criando; i con dolor de mi alma tuve que resignarme a buscarle ama, es decir, una madre que me quitaría los más preciosos momentos de mi hijita; una extraña que le daría la vida… Sufrí mucho ante esta idea i aún ahora que ya va a hacer un mes que ella la cría no puedo conformarme. Cada vez que la niña come, me pongo a su lado; cada vez que van a mudarle los pañales estoi con ella, quiero compartir siquiera esos momentos que me roban de ella.
Pero mi tormento mayor es la noche; deliro, me afiebro pensando que está lejos de mí, que no la tengo a mi lado como cuando estaba pequeñita, que no soi yo quien la arrulla; i que otros brazos i otros labios la consuelan i la duermen.
A lo que no he podido renunciar es a bañarla; en la noche, después de comida es la hora más feliz; tomo a mi hijita i a cariños i besos espero la hora en que se baña; entonces son para mí todas sus risas i sus gorjeos de felicidad, al verse libre de amarras i pañales i sentirse en el agua. ¡Cómo goza! ¡Cómo patalea i salpica el agua a todas partes! ¡Qué dicha la mía! Después la visto, la arreglo i se la paso a la ama para que le dé de mamar; enseguida la busco de nuevo i la hago dormir en mis brazos; le doi un beso, la pongo en su camita i salgo con el alma llena de la más pura i excelsa dicha.”
Anoche me levanté varias veces, como casi todas las noches, i al ver lo mucho que lloraba me la traje a mi pieza; la acallé, la acaricié i la puse en mi cama, i así abrazada a ella durmió dos horas. ¡Cómo suspiraba la pobrecita! Parecían desahogos, alivios de su corazoncito que latía a impulsos de su respiración! Yo la sentía cerca de mí, la miraba a mi antojo, le tomaba las manitos tan lindas i suaves como pétalos de rosa i me sentía tan feliz i tan contenta que no hubiera cambiado mi dicha por nada.
Ya ella tiene 4 meses; día a día su inteligencia se va haciendo más clara, su mirada más entendida. Miro sus ojos tan risueños i angelicales i pido a Dios con toda mi alma que no les reserve muchas lágrimas.
Cierro esta pájina para escribir después en este libro otras i otras.
Mi hija duerme, con el sueño tranquilo i venturoso de los ángeles!
a las 9.22 de la mañana
Septiembre 27, a las 9 pm.
Hija mía: Aquí estoi a tu lado, velando tu sueño; eres tú mi única preocupación de noche de día i también mi único consuelo en tantas amarguras que recibe mi alma. Estoi sola a tu lado; todos han salido i yo no me atrevo a apartarme de ti. Para mi no hai fiesta ni alegrías: han pasado ya los días del Centenario; todos han ido a regocijarse en estos hermosos días, todos han paseado i se han divertido: para mi la alegría eres tú. Desde que se fue tu ama, ni un instante te he abandonado i mis cuidados i caricias te han hecho no sentir la ausencia de ella. ¡Te mimo tanto! ¡Te quiero tanto! ¿Comprenderás algún día todo lo que eres para mí? Escribo estas líneas pensando que cuando ya puedas comprender haz de leerlas, para que veas qué infinito tesoro has sido para mí.
Mirándote, ya todo me parece más llevadero, la vida que tan dificultosa se nos ha presentado en este tiempo, se aligera al encanto de tus risas. Tú eres la alegría.
Tienes tanto en tu vida, en tu destino. ¿Qué será de ti?
Me preparo para criarte i educarte para la gran lucha de la existencia, esta existencia tan llena de amarguras i de lágrimas. ¡Ojalá Dios permita que no las conozcas tú!
“¡Que el pesar te halle dormida, que el placer te halle despierta!”
Hija mía: Aquí estoi a tu lado, velando tu sueño; eres tú mi única preocupación de noche de día i también mi único consuelo en tantas amarguras que recibe mi alma. Estoi sola a tu lado; todos han salido i yo no me atrevo a apartarme de ti. Para mi no hai fiesta ni alegrías: han pasado ya los días del Centenario; todos han ido a regocijarse en estos hermosos días, todos han paseado i se han divertido: para mi la alegría eres tú. Desde que se fue tu ama, ni un instante te he abandonado i mis cuidados i caricias te han hecho no sentir la ausencia de ella. ¡Te mimo tanto! ¡Te quiero tanto! ¿Comprenderás algún día todo lo que eres para mí? Escribo estas líneas pensando que cuando ya puedas comprender haz de leerlas, para que veas qué infinito tesoro has sido para mí.
Mirándote, ya todo me parece más llevadero, la vida que tan dificultosa se nos ha presentado en este tiempo, se aligera al encanto de tus risas. Tú eres la alegría.
Tienes tanto en tu vida, en tu destino. ¿Qué será de ti?
Me preparo para criarte i educarte para la gran lucha de la existencia, esta existencia tan llena de amarguras i de lágrimas. ¡Ojalá Dios permita que no las conozcas tú!
“¡Que el pesar te halle dormida, que el placer te halle despierta!”
Adrianita Goñi Swiderski
Junio 24 a las 5 p.m.
Va a hacer un mes ya de la desgracia más horrorosa que he tenido en mi vida: la muerte de mi hijita. No había tenido valor suficiente para estampar en este libro mi dolor inmenso, pero quiero en este momento aliviar mi alma tan llena de zozobras y dejar que corran libres mis lágrimas al recorrer estas páginas que son el testigo de mi dicha i ahora confidente de mi pesar inmenso. No hai palabras, no hai frases, mi hijita ha muerto, esta idea me enloquece i tortura mi corazón noche i día.
¡Qué trastorno para mi vida! Qué sola me encuentro sin sus caricias, i sin ella, ella que llenaba todas mis horas, en qué horrible vacío me ha dejado ahora!
En cada objeto i a cada instante su imajen está ante mis ojos i se inunda mi alma de amargura. No puedo escribir más, quiero que corran libres mis lágrimas para aliviar un poco la pena de mi corazón.”
Va a hacer un mes ya de la desgracia más horrorosa que he tenido en mi vida: la muerte de mi hijita. No había tenido valor suficiente para estampar en este libro mi dolor inmenso, pero quiero en este momento aliviar mi alma tan llena de zozobras y dejar que corran libres mis lágrimas al recorrer estas páginas que son el testigo de mi dicha i ahora confidente de mi pesar inmenso. No hai palabras, no hai frases, mi hijita ha muerto, esta idea me enloquece i tortura mi corazón noche i día.
¡Qué trastorno para mi vida! Qué sola me encuentro sin sus caricias, i sin ella, ella que llenaba todas mis horas, en qué horrible vacío me ha dejado ahora!
En cada objeto i a cada instante su imajen está ante mis ojos i se inunda mi alma de amargura. No puedo escribir más, quiero que corran libres mis lágrimas para aliviar un poco la pena de mi corazón.”
sábado, 26 de enero de 2008
Juan, Sara y niñitas 1919
viernes, 25 de enero de 2008
jueves, 24 de enero de 2008
Comida 1933
miércoles, 23 de enero de 2008
Juan Goñi Urmeneta e hijos 1939
Familia Goñi Swiderski 1943
martes, 22 de enero de 2008
Matrimonio 1943
lunes, 21 de enero de 2008
domingo, 20 de enero de 2008
sábado, 12 de enero de 2008
Mamina en 1960
Mañana domingo 17 de febrero de 2008 esa mujer conflictiva, fuerte, lúcida, que llegó muy niña a Chile en barco y que recordaba cuchillos de oro, habría cumplido 122 años.
Recuerdo mis 15 años, pateando calles cerca de medianoche, en una prisa cómplice, codo a codo con esa mujer setentona y audaz que me abría las puertas del arte, el teatro, la pintura, la literatura, la historia y la memoria cada martes.
No necesitó decirme que me quería, que yo era importante para ella….Era así, simplemente.
Feliz Cumpleaños Mamina.
Recuerdo mis 15 años, pateando calles cerca de medianoche, en una prisa cómplice, codo a codo con esa mujer setentona y audaz que me abría las puertas del arte, el teatro, la pintura, la literatura, la historia y la memoria cada martes.
No necesitó decirme que me quería, que yo era importante para ella….Era así, simplemente.
Feliz Cumpleaños Mamina.
Adriana Goñi
lunes, 7 de enero de 2008
Familia Godoy Ojeda
viernes, 4 de enero de 2008
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